El tiempo invernal llega a España para quedarse, lluvias, chubascos, granizo, nieve, tormentas, vientos y oleaje

La segunda mitad del mes de Enero será inestable.

El primer tercio del invierno ha estado dominado por el anticiclón en nuestro país, desde principios del mes de diciembre hasta esta semana el dominio ha sido indiscutible. Desde su posición, más al norte de lo normal y con presiones disparadas en ocasiones con registros históricos, ha mantenido raya las borrascas atlánticas.

En estos momentos el anticiclón se ha retidado hacia el Oeste, dejando paso a los frentes asociados a las profundas borrascas que si han afectado con virulencia zonas como el Reino Unido, donde las ciclogénesis explosivas han dado lugar a potentes ciclones extratropicales con valores de presión cercanos a los 940Hpa.

¿Que ocurre con esta configuración de altas presiones desplazadas más al norte de lo normal y potentes ciclones entrando por el noroeste de Europa?

Pues que se crea un pasillo de vientos de origen marítimo-polar que arrastra acusada inestabilidad como la que en estos momentos entra por el noroeste de la península.

Vemos al norte de las Británicas el ciclón HERMANN que se gestó de forma explosiva ayer, generando un extenso frente que está en estos momentos actuando de “telonero” de la inestabilidad que va a asentarse en España, con precipitaciones generalizadas, ocasionalmente acompañadas de granizo y tormenta, nieve en cotas cada vez más bajas pudiendo llegar a zonas llanas del interior. 

El fin de semana llegará otra borrasca con sus frentes asociados, que al encontrarse con esta primera inyección de aire marítimo polar en la península, puede dejar nevadas copiosas en algunos puntos de interior. 

Pero la cosa no termina con esta baja del fin de semana. De cara al martes o miércoles de la próxima semana una nueva borrasca volverá a acercarse engranada con las altas presiones que continuarían desplazadas muy al norte de Azores, lo que repetiría la situación de “tobogan” o “montaña rusa” si lo vemos desde el mapa, (esto no sucede realmente en la atmósfera) por lo que nos volvería a llegar inestabilidad con inyección de aire marítimo polar.

Como vemos el tener un anticiclón bloqueando las bajas presiones atlánticas puede ser un arma de doble filo, ya que si se estira hacia el norte obliga a que los vientos nos lleguen desde latitudes altas y que las borrascas nos tengan que “atacar” como en este próximo periodo desde el noroeste.

¿Qué ocurre además si el anticiclón se estira mucho hacia el norte?

Pues que puede llegar provocar un bloqueo mayor que al asociarse con las bajas presiones situadas en nuestro país, comenzarían a bombear aire frío de origen polar-continental lo que recrudecería el frío. Digamos que el anticiclón frenaría la circulación de oeste sobre la península y las bajas presiones actuarían como “motor” para atraer el aire frío desde el interior de Europa.

Pero esto último está por confirmar ya que a pesar de que casi todos los modelos ven este patrón de cara a la segunda mitad de la próxima semana, es una situación muy compleja de trabajar que suele variar mucho en plazos tan largos.