Análisis de la evolución atmosférica, domingo 20 de septiembre de 2020

La atmósfera se resiste a completar un cambio de patrón claro hacia el otoño, aunque comenzamos a ver movimientos más próximos al patrón del pronóstico estacional. 

La atmósfera está viva, y como tal se comporta como un organismo vivo. Por nuestras venas corre un torrente de agua y otros elementos canalizados por venas y arterias que son bombeados por órganos como el corazón. El flujo de sangre cambia de forma constante dependiendo de muchos factores.

La atmósfera tiene “venas” y “arterias”, como las corrientes marinas, o las archiconocidas corrientes en chorro o Jet stream que van moviendo masas de agua o aire por todo el globo terráqueo. 

Con la ayuda de la tecnología podemos ver los movimientos de ambos organismos y analizar lo que está sucediendo y sobre todo, lo que puede suceder. El sistema circulatorio de la tierra es más dinámico y aparentemente caótico que el humano, pero podemos estudiar su comportamiento, comprenderlo, observar y conectar con él para poder anticiparnos y adaptarnos. 

La observación

Desde mis comienzos en el mundo de la meteorología la observación e interpretación ha sido el pilar de los pronósticos meteorológicos. Cuando era un niño tan solo podía ayudarme de la observación local en la naturaleza, de las nubes, del mar, del viento, de los animales. Los pronósticos no iban más allá de unas horas o un día. Hoy en día con la ayuda de la tecnología podemos observar lo que ocurre en todo el planeta, e incluso fuera de él.

Los dos sistemas circulatorios de los que os he hablado están conectados y dependen de otros a su vez. El sol emite energía que llega a la tierra, crea los climas y el tiempo atmosférico por la interacción con la tierra, a su vez los cambios en el tiempo atmosférico provocan cambios en nuestros sistema circulatorio, sobre todo por temperatura. Por ejemplo, con el calor, los vasos sanguíneos se dilatan.  Es tan solo un ejemplo de cómo lo que ocurre en tus venas ahora mismo, está modulado por el sol y una serie de interacciones, hasta llegar a tu piel y provocar cambios en tu flujo sanguíneo. 

¿A dónde voy a parar con todo este “rollo”?

Pues simplemente quiero que entiendas que absolutamente todo está conectado y obedece una leyes que a pesar de parecer caóticas e impredecibles, buscan algo en común, el equilibrio. Una de las leyes más importantes del universo es la adaptación. Tu cuerpo se autoregula sin que tú lo pienses y adapta a los cambios de temperatura en busca del equilibrio. La atmósfera hace exactamente lo mismo, se va adaptando a los cambios que se producen y busca un equilibrio. 

Desde hace una década nuestra atmósfera está respondiendo a cambios en el flujo de energía que nos llega debido a la baja actividad solar. Cambios en la cantidad de radiación cósmica que entra en la atmósfera, cambios en los campos magnéticos e interacción sol-tierra y otros factores que suman e interactúan, humanos y no humanos. No voy a explayarme sobre este tema ya que hay varios artículos sobre el mismo.

Lo que va a suceder en los próximos meses y años en latitudes medias espero que muestre lo que estoy hablando. En el pronóstico estacional comentamos que este otoño debería comenzar con pulsaciones de aire frío y nevadas tempranas en zonas del hemisferio Norte. En USA se han batido ya récords históricos de temperaturas bajas y nevadas bastante llamativas. 

La próxima semana Europa recibirá una importante pulsación de aire frío que dejará nevadas en los sistemas montañosos y un desplome de las temperaturas:

Una pulsación marítimo polar en toda regla que nos va a dejar un tiempo más próximo al invierno que al principio del otoño meteorológico. Los modelos han dibujado estos escenarios sobre nuestro país a inicios de mes, pero finalmente no se llegaron a completar. Ahora los modelos juegan con “rebajas” en la afectación sobre nosotros, pero me quedo con que las piezas comienzan a encajar en lo que espero para el otoño.

De momento la próxima semana tenemos asegurado un desplome importante de las temperaturas y nuevas precipitaciones, con posibilidad de nevadas en los Pirineos. 

Seguiré la evolución de cerca y veremos si como espero, lo de la próxima semana sea una más de muchas pulsaciones de inestabilidad que nos barrerán durante este otoño de 2020. Me puedo equivocar, eso siempre lo tengo presente. Yo os trasmito lo que creo va a suceder con pasión y humildad, la última palabra como siempre, la tendrá la Madre Naturaleza.