Historias de Meteopasión: “Os la dedico”, por Rouss Diaz

En Meteovigo queremos que nuestros lectores y seguidores formen parte activa de la web, ya sea con concursos fotográficos o como es el caso de hoy con la aportación de Rouss Díaz. Rouss nos va a contar una bonita historia de algo que muchos apasionados de la Meteo nos encanta observar. Las tormentas.

A muchas personas les gusta el olor a lluvia, mejor dicho a tormenta, para mí huele distinto; es un olor que te queda grabado en la mente para siempre, aunque pasen los años siempre reconoces ese olor como metalizado, a ozono.

                  Es uno de esos recuerdos típicos de la infancia, (yo por lo menos así lo siento), cuando tus padres te mandaban salir a toda pastilla de la piscina: “salir pronto del agua que se avecina tormenta.” ¿Quién no ha estado en esa situación? Y tú, mientras salías del agua te preguntabas: ¿porqué si ya estoy mojado?.

                   Y ahora en primavera entramos de lleno en esa maravillosa época de tormentas. Personalmente es “uno” de los fenómenos atmosféricos que más me gustan, digo uno, porque hay otros cuantos.

                   Me encanta mirar el cielo y ver como después de una mañana soleada, empiezan a aparecer pequeños e inofensivos cúmulos; y entonces empiezas a avisar: ” va a haber tormenta”; la gente claro, te mira raro; estando el cielo casi despejado, sólo a ti se te ocurre pronosticar tormenta, claro que si al final aciertas, eso ya………

                   No os sabría decir cuando las prefiero, si de mañana, de tarde o por la noche. Por la noche, las tormentas me parecen espectaculares siempre que haya mucho aparato eléctrico, al igual que de madrugada, casi al amanecer; pero por el día lo espectacular y gratificante es estar pendiente del cielo y ver como de una pequeña nube se van formando impresionantes cumulonimbus, hasta cubrir totalmente el cielo y desatar la tormenta. 

                    A mi padre también le gustaban mucho las tormentas, incluso era de los que se levantaban por la noche para verlas desde la terraza, ( yo también me levanto),así que me acostumbré a “dedicárselas”, como  cuando alguien te dedica una canción. Ahora que ya no está entre nosotros siempre que hay tormenta, yo se la dedico mentalmente, para mí es una bonita canción de la naturaleza para dedicar. De hecho mis hijos, aunque no son tan locos como yo  por ésta afición por las tormentas, también me las dedican, y es el regalo más bonito que puedan hacerme.

                     Sé que a mucha gente esto le parecerá cursi, ridículo, incluso a algunos les dará miedo, pero a otros, a algunos de los que estáis leyendo esto, en el fondo también os gustan las tormentas, así que, no sin antes dar las gracias a Rubén Vázquez de Meteovigo, (que fue el que me animó a escribir algo), la próxima tormenta OS LA DEDICO.

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