Vamos a ver lo que nos dicen los modelos en estos momentos de cara al día 22 de febrero, fecha clave en la que si todo transcurre como creo, debería llegar la actividad ciclónica de una forma más marcada a la Península.
En estos momentos los modelos nos dibujan una situación límite en la que ligeros movimientos de la circulación puede tener consecuencias muy distintas sobre España.
Una vez más las pronunciadas ondulaciones del Jet van a dejarnos muy cerca de la peor configuración, y algunos modelos insisten en dejarnos una vez más a las puertas de ser alcanzados por una poderosa pulsación de aire frío e inestabilidad.
El modelo canadiense nos deja justo en el borde de la circulación ciclónica, con una pulsación muy extensa que anida varios centros de bajas presiones sobre el Atlántico. Interesante son los núcleos secundarios o satélite que van a tener un potencial explosivo muy elevado.
De desplazarse la circulación más al Este y asentarse sobre la Península, tendríamos que vigilar estos sistemas por el riesgo de temporal.
Pero ahora esto son meras especulaciones y lo que intento ver es si la base principal de la pulsación de aire frío consigue alcanzar la Península el día 22.
El modelo europeo dibuja la pulsación mucho más apartada, con una baja satélite en pleno proceso de profundización explosiva muy lejos de la Península, con una trayectoria que la desplazaría lejos de nuestras costas. No solo no tendríamos una situación de inestabilidad importante, sino que además el flujo de vientos del Sur nos volvería a dejar temperaturas superiores a la media.
Más optimista el GFS al igual que el canadiense con los mismos actores para el día 22, el núcleo extenso de la pulsación sobre el Atlántico, con sus centros de bajas presiones y la baja satélite camino de la Península, con acercamiento mayor del Jet y el aire frío sobre la Península, que si se desplaza más al Este podría actuar de “autopista” para canalizarnos de una vez por todas un evento importante sobre nuestro país, con la baja satélite como posible protagonista.
Faltan muchos días para el 22 y las piezas de este gran puzzle meteorológico que se va a construir sobre el Atlántico se van a mover en las próximas salidas. De momento, ninguno de los modelos nos dibuja un patrón claro que invite a pensar que se va a instalar un patrón contundente y persistente de inestabilidad, pero tanto el canadiense como el GFS nos dejan muy cerca de que esto pueda suceder.
En las próximas 48 horas deberíamos ver con más claridad lo que sucede. Personalmente sigo pensando que esta pulsación Atlántica logrará alcanzarnos sobre el día 22, pero tendremos que esperar para ver si se confirma el pronóstico.
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