Las partículas de polvo del desierto son capaces de recorrer miles de kilómetros entre continentes, cruzando el Atlántico desde África a Sudamérica.
Seguramente más de una vez te has encontrado con este elemento terrestre en la atmósfera. La mayoría de veces eres consciente de su presencia, por que las gotas de lluvia depositan las partículas de polvo en los coches o terrazas. Pero también lo puedes ver en el aire, observando al horizonte, o bien con los edificios de fondo borrosos, o bien con el sol “entre tinieblas”. Esas puestas que puedes ver al astro rey como si de un dibujo se tratase, sin molestar la vista. (ojo, aún así, jamás mantengas la vista hacia el sol, pues es muy peligroso).
En alguna de esas ocasiones que te toca lavar el coche por segunda vez en la semana, te preguntarás por qué tiene que tocarte a tí, ¿será por estar tan cerca de África? pues nada más lejos de la realidad, las partículas de polvo en suspensión, que salen mayormente de los desiertos, al ser arrastrados por fuertes vientos y elevados a capas más altas de la atmósfera, están constantemente dando la vuelta al mundo, recorriendo miles de kilómetros para depositarse y fertilizar tierras tan lejanas como Sudamérica. Sí, has leído bien. Fertilizar las tierras para que se abra paso la vida. Las tierras del Amazonas por ejemplo.
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En este mundo, nada pasa sin un motivo. Absolutamente todo lo que ha creado el Universo, tiene un propósito. Algo que pueda parecer tan molesto y estéril como el polvo del desierto, favorece la vida en distintos puntos del planeta.
Con una circulación cada vez más meridional, y un Jet Stream ondulado, las masas de aire desde latitudes más bajas, pueden provocar durante largos periodos, la llegada de estas partículas, entre muchas otras que ni te imaginas, pero que también tienen una función.
Este invierno hemos visto una buena ilustración de lo que está sucediendo con la corriente en chorro y sus bloqueos. Durante varias semanas, la circulación se bloqueó con ramales descendentes del Jet Stream sobre la Península. Provocando uno de los periodos fríos, más largos y extremos de las últimas décadas, con Filomena incluida. Pero también hemos visto como algunas estaciones de esquí de nuestro país, cambiaban el blanco por el marrón, debido a la llegada desde latitudes más bajas, del elemento del desierto. Todo un contraste espectacular, proveniente de dos extremos radicalmente opuestos.
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En las últimas semanas estamos viendo con recurrencia un flujo dede latitudes más bajas, que arrastra este elemento, además de provocar temperaturas claramente superiores a la media.
En los próximos días vamos a continuar con este flujo desde el Norte de África, que seguirá bombeando partículas de polvo sobre nosotros.
¿Puede ser un buen momento para emprender en un negocio de lavado de coches? la respuesta la tiene la Madre Naturaleza.
Abrazos.
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