Se ha creado un nuevo turismo: visitar pueblos sumergidos que salen a la luz gracias a la bajada del nivel del agua.
La sequía es una anomalía meteorológica transitoria que se produce cuando los valores de las precipitaciones son inferiores a los normales en un territorio concreto. Cuando esta falta de lluvias tiene lugar durante un periodo de tiempo prolongado deriva en una insuficiencia de recursos hídricos. De manera que pueden aparecer diferentes consecuencias económicas, sociales y, sobre todo, medioambientales.
Uno de los países que más sufre este efecto de la Madre Naturaleza es México, que desde julio de 2020 ha ido aumentando poco a poco el porcentaje de áreas afectadas por la sequía. En varias regiones del país el nivel de sequía ha pasado de ser “severo” a ser “extremo” o “excepcional”.
La complejidad climática de México, condicionada en gran parte por las variaciones meteorológicas del Atlántico y del Pacífico y por fenómenos como La Niña, es la que hace que muchos de los embalses del país se encuentren con niveles de agua ínfimos. Es en este contexto donde resurgen diferentes monumentos históricos que llevaban décadas hundidos.
En este país se encuentra uno de los 5 lugares más espectaculares que emergen de las aguas:
Las altas temperaturas registradas en la presa de La Purísima, en el estado de Guanajuato (México), han hecho que bajara el nivel del agua estrepitosamente hasta dejar al descubierto una iglesia que llevaba más de 40 años sumergida.
La iglesia de la Virgen de los Dolores, construida aproximadamente a mediados del siglo XIX, era el templo sagrado de la comunidad de El Zangarro. Fue abandonada junto con el resto del pueblo en 1979, cuando el presidente José López Portillo ordenó que las 200 hectáreas de poblado se convirtieran en una presa. Hoy en día es un gran atractivo turístico para la zona y puede ser visitado desde cerca en kayak.
Fuente: Periódico Milenio
En España también existe un gran patrimonio hundido que en cada época de sequía atrae a una ola de turistas:
El Dolmen de Guadalperal, también llamado “Stonehenge español”, se descubrió en 1925, pero tiene unos 5.000 años de antigüedad. Desde su descubrimiento estuvo a la vista de todos, pero en 1963 se construyó el embalse de Valdecañas y el conjunto milenario quedó sumergido.
En 2019, la persistente sequía en Extremadura hizo que el dolmen resurgiera desde las profundidades y se convirtiera en uno de los monumentos que más turistas atraen a la zona.
Fuente: RTVE.es
Bajo las aguas del embalse de Sau, en Barcelona, se encuentra una de las joyas hundidas de España, el pueblo de San Román de Sau. Esta aldea fue tragada por el pantano en 1962 y desde entonces, cada vez que baja el nivel del agua en periodos de pocas precipitaciones se pueden admirar: una iglesia, varias casas y un puente románico.
En periodos de sequía intensa se ve casi la totalidad del pueblo y son muchos los curiosos que hasta allí se acercan, aunque no es aconsejable aproximarse mucho a las construcciones por riesgo de derrumbamiento.
Fuente: Camping Rupit, Barcelona.
Mansilla de la Sierra fue una localidad muy importante en La Rioja, pero sus casas y puentes quedaron hundidos bajo el agua en 1959 debido al plan hidrográfico de la época.
Aunque el pueblo se trasladó a un lugar cercano, aún existen algunas edificaciones bajo el embalse de Mansilla, que pueden visitarse entre los meses de septiembre y octubre cuando sus aguas sufren un espectacular descenso.
Fuente: La Vanguardia
A orillas de río Limia, en Galicia, se levanta un monumental complejo arqueológico formado por un campamento romano y unas termas romanas. Ambas construcciones datan del siglo I, cuando los romanos construyeron la calzada Vía Nova en Galicia.
Estas construcciones milenarias se sumergen bajo el embalse de “As Conchas” durante una parte del año, mientras que durante la otra quedan al descubierto debido a las bajas precipitaciones. Es entonces cuando pueden ser disfrutadas y visitadas por los turistas.
Fuente: El Español.
Y estas son solo 5 de las infinitas joyas arquitectónicas que se encuentran bajo las aguas de ríos y embalses. En este caso es la sequía la que causa la aparición de este patrimonio sumergido y aumenta el turismo en estas zonas, pero ¿Esto es algo positivo o negativo? en la mayoría de casos negativo, sobre todo para agricultores. Os dejamos con esta reflexión…
Abrazos
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