Cada vez que el anticiclón de las Azores decide abrazar nuestro país con cierta extensión y contundencia, las alarmas y los fantasmas se disparan. Es algo completamente normal, ya que nuestro cerebro lo asocia a largos periodos sin lluvias en nuestro país. Pero un servidor sigue pensando que hay motivos (pocos, pero los hay) para pensar que este bloqueo no tiene por qué ser tan duradero como los que tenemos grabados en el pasado.
Los modelos nos muestran a partir del fin de semana un bloqueo anticiclónico contundente sobre nosotros.
Pues como su nombre indica, un bloqueo anticiclónico es una zona de altas presiones que bloquea el paso de las borrascas por una zona de la atmósfera.
Es precisamente lo que vamos a tener este fin de semana en nuestro país, con un potente anticiclón con sustento en altura (colores rojos), que obliga a las borrascas a desplazarse por latitudes más altas.
Pero los bloqueos no siempre son “malos”. Son responsables de que las lluvias y las nevadas lleguen a nuestro país cuando se desarrollan en latitudes más altas y obligan a las borrascas a circular por latitudes más bajas.
Según el modelo a consultar, el horizonte es anticiclónico hasta el final de los pronósticos o, como nos muestra el GFS en algunos escenarios, con posibles cambios no muy lejanos.
Según el modelo ECMWF tenemos anticiclón para rato, tanto en sus salidas únicas como en la media de todos los escenarios de sus ensembles.
En cambio, el modelo GFS en algunos escenarios de control y en la media de ensembles abre la puerta a que el vórtice polar troposférico se deforme, con bloqueos en latitudes altas y la llegada de nuevas pulsaciones de aire frío a nuestro país la próxima semana.
Por muchas pinceladas que nos muestre el modelo GFS, tenemos que ser conscientes de que el ECMWF y GEM dibujan anticiclón para rato en sus simulaciones actuales. Un servidor espera que no sea un bloqueo duradero, y obviamente busca indicios en el horizonte que puedan ir por ese camino. Pero nuestra forma de trabajar con varios modelos para comparar, nos hace ser claros en las conclusiones actuales. Mientras la mayoría de modelos muestren el bloqueo en el horizonte de una forma clara, las probabilidades de que se rompa son muy bajas.
De todas formas, quiero esperar a las próximas salidas para ver si las pinceladas que ve el GFS tienen una base de la que tirar, o son solo pequeños bandazos en medio de un cambio de patrón anticiclónico. Un servidor espera la primera opción, pero hablamos de una opinión subjetiva e intuitiva, por lo que pasito a pasito.
Abrazos.
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Esta entrada fue modificada por última vez en martes, 27 septiembre 2022 - 15:10 15:10
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