Estoy convencido de que muchas personas han visto ya en las últimas semanas el potencial de las tormentas, en algunos casos con consecuencias muy serias. Sin embargo, algunas personas no terminan de guardar el respeto necesario a la fuerza de la Madre Naturaleza. En ocasiones por desconocimiento de sus consecuencias reales, o en otras, simplemente por no tenerle el respeto que merece. “A mí no me va a pasar”.
En estos momentos tenemos avisos activados por fuertes precipitaciones y tormentas en numerosas provincias de la península, principalmente de la mitad norte. En algunos casos los avisos son de nivel naranja, por precipitaciones que pueden descargar con gran virulencia en cortos espacios de tiempo, además de ir acompañadas de abundante aparato eléctrico.
Los avisos activados del nivel naranja responden a una alta probabilidad de que las tormentas desarrollen precipitaciones torrenciales, acompañadas localmente de granizo de gran tamaño, intensas rachas de viento y abundante aparato eléctrico.
Las consecuencias de un fenómeno de este calibre van desde una riada que pueda arrastrarte a ti o incluso a tu coche, la caída de granizo con gran tamaño que puede provocar daños materiales e incluso personales, además de las intensas rachas de viento que pueden alcanzar velocidades muy elevadas y peligrosas.
Todo esto puede suceder en cuestión de minutos y después de un día soleado. Pero además de estos elementos, tenemos uno con una capacidad de sorpresa aún mayor. Un núcleo tormentoso que no despliegue de forma virulenta los otros elementos atmosféricos, puede poner en riesgo tu vida por las descargas eléctricas, sobre todo si te expones de forma innecesaria. Creo que no hace falta que te describa la capacidad del impacto de un rayo.
Pues simplemente con que una sola persona que lea estas líneas aumente su respeto hacia la capacidad de la Madre Naturaleza y los avisos activados por parte de la AEMET, me sentiré satisfecho. Por desgracia, siempre habrá personas que hagan caso omiso a estas recomendaciones, incluso lo veremos circulando en vídeos por Internet. Personas cruzando carreteras o caminos con ríos desbordados a pie o en coche, en medio de un diluvio, incluso con menores, u otros comportamientos.
Mi recomendación una vez más es que no te la juegues y tomes las medidas de precaución necesarias ante los avisos activados.
La palabra precaución proviene del latín praecautio (prae / antes; cautio / cuidado, cautela). Es decir, tenemos que anticipar la cautela, no improvisar cuando nos veamos en medio de una tormenta.
Un abrazo.
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Esta entrada fue modificada por última vez en domingo, 18 junio 2023 - 12:17 12:17
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