La actividad solar de los últimos días pertenece al ciclo solar anterior; sin rastro del nuevo ciclo

A pesar del aumento de la actividad solar en los últimos días, la  energía desprendida corresponde a los restos del ciclo solar anterior.

Tal como comentamos en un artículo hace unos días, el sol ha aumentando su actividad en los últimos días de una forma importante. Después de un mes en el que los registros de rayos X estuvieron por debajo de los umbrales de detección de los sistemas de monitoreo, el flujo ha aumentado coincidiendo con nuevas manchas solares y llamaradas que aún en estos momentos se ven desde nuestros telescopios. 

Pero este aumento de la actividad, lejos de indicar el inicio del nuevo ciclo solar 25, se trata de los restos del ciclo solar 24 que alcanzó su máximo en el famoso año 2012 y sorprendió a los expertos por ser un ciclo mucho más débil de lo esperado.

Pero ahora vamos a centrarnos en la reciente actividad del sol que se enmarca dentro del mínimo solar que estamos atravesando.

Nos lo cuentan en su última publicación desde el Laboratorio LPI RAS de Rusia:  

En los últimos días se ha observado un fuerte aumento de la actividad solar en los monitores espaciales, que proporcionan información sobre el flujo de rayos X del sol. 

A pesar del deseo de vincular los procesos en curso con el inicio del nuevo ciclo 25, el estudio del Sol muestra que esto no es así. El sol sigue quemando el “combustible” del ciclo anterior. Dichos combustibles son campos magnéticos, que se forman debajo de la superficie del Sol y son transportados por las corrientes de plasma hacia afuera junto con el exceso de energía. Es esta energía la que se quema en forma de destellos. 

La configuración y la ubicación de los flujos magnéticos observados coinciden con la posición del cinturón magnético del ciclo 24. Un nuevo cinturón magnético, cuya apariencia marcará el comienzo del ciclo número 25, debería aparecer en latitudes solares mucho más altas (más cercanas a los polos) y tener una polaridad magnética diferente a las regiones activas observadas. Mientras tanto, el nuevo ciclo 25 no da ninguna señal que indique su comienzo cercano.

Por qué los campos magnéticos del ciclo número 24 todavía están presentes en el Sol, siete años después del máximo de este ciclo, que se produjo en 2012, es un misterio.”

Fuente: https://tesis.lebedev.ru/

Después de leer el análisis de verdaderos expertos en lo que conocemos a día de hoy sobre la actividad solar, vemos que no podemos atribuir el reciente aumento de la actividad a la posible llegada de el nuevo ciclo 25, incluso vemos como se muestran sorprendidos de que no comience el reemplazo de los campos magnéticos del nuevo ciclo por los del pasado, incluso sin verse indicios de que pueda llegar en los próximos meses. 

Pero la palabra misterio o desconocido no quiere decir que el sol se esté comportando de forma anómala. Es anómalo para nosotros por una sencilla razón: 

Nuestro Sol tiene más de 4.500.000.000 años ( mas de cuatro mil millones y medio de años) pero no te preocupes, pues se estima que aún está en la mitad de su vida, quedando aproximadamente 5.000.000.000 (cinco mil millones) de años de vida.

Bien, ahora después de saber la edad del sol y tener en cuenta que cada ciclo solar dura aproximadamente unos 11 años, te puedes imaginar la cantidad del ciclos por los que ha pasado nuestra estrella mucho antes de que comenzáramos a medir su actividad con nuestra tecnología.

Llevamos muy poco tiempo monitoreando su actividad, realmente es ridículo si volvemos a pensar en la edad del sol, por lo que es lógico que veamos cambios que ya ha realizado en su larga vida que para nosotros son extraños o nuevos, pero que para nuestro rey son de lo más normal y han sido compatibles para que la vida se haya desarrollado y la especie humana haya llegando hasta donde estamos.

Así pues, que el sol cambie su actividad fuera de las observaciones que llevamos “2 días” haciendo no es algo malo, pero si es algo que debemos estudiar, pues creo que subestimamos la capacidad que tiene el responsable del tiempo y el clima en nuestra tierra de precisamente influir sobre los mismos, del mismo modo que otros actores como nosotros, influimos sobre el medio ambiente y provocamos cambios en las interacciones de este complejo sistema circulatorio. 

Todo está conectado

En general, en el universo, cada acción o movimiento, tiene una consecuencia y un efecto mariposa. Todo está conectado e interactúa, más allá de nuestros ojos y nuestra capacidad de descubrir e incluso comprender. Te has parado a pensar que las moléculas del aire que te rodean están en contacto con otras partículas que a su vez están interactuando con otras que llegan desde la superficie del sol, o si nos vamos más lejos, en el propio espacio hay partículas que llegan desde zonas remotas del universo como los rayos cósmicos.

No podemos pensar que solo lo que está dentro de la atmósfera es lo importante e influyente. No podemos olvidar de dónde venimos y sobre todo que formamos parte de un sistema energético mucho mayor. De hecho, la mayor parte de la energía que tenemos, llega precisamente desde el exterior de la atmósfera. 

Clima espacial

Soy consciente de que algunas personas no estarán de acuerdo con lo que estoy diciendo y voy a decir, pero estoy convencido de que dentro de muchos años, los mapas de la evolución atmosférica serán mucho más completos, e incluirán el clima espacial en sus parametrizaciones para pronosticar los cambios atmosféricos. 

Para terminar os dejo unas bellas imágenes de las llamaradas solares de los últimos días: