La memoria meteorológica colectiva es muy frágil. Por ello es importante tener presente siempre las efemérides meteorológicas en nuestro país. Nos ayudan a detectar eventos atmosféricos destacables a lo largo de nuestra geografía en años, e incluso siglos pasados.
En este artículo vamos a repasar los eventos históricos destacables a nivel meteorológico que forman parte de nuestra reciente historia. Digo reciente, porque tenemos datos desde hace muy poco tiempo, en comparación a la historia climática de nuestro país. Pero incluso el corto espacio de tiempo desde que tenemos registros instrumentales o incluso con manuscritos, cae en el olvido colectivo si no tenemos estos datos bien presentes.
Son datos que tienen que estar presentes sobre todo para las administraciones a la hora de construir o tomar decisiones que puedan afectar a la población.
El 29 de enero de 1435, Madrid fue testigo de inundaciones que, según las crónicas de la época, causaron numerosas víctimas. Estas inundaciones dejaron una huella imborrable en la memoria de la ciudad, recordándonos la importancia de estar preparados para eventos atmosféricos extremos.
En 1626, una poderosa riada del río Tormes causó estragos en Salamanca. Seis arcos del puente grande de la ciudad resultaron dañados y trágicamente, 142 personas perdieron la vida debido a este desastre natural. Esta fecha nos recuerda la importancia de la planificación y la gestión de recursos hídricos para prevenir tragedias similares en el futuro.
El 29 de enero de 1948, Zaragoza experimentó una tormenta devastadora que trajo consigo una racha de viento de 155 km/h. Esta tormenta derribó farolas y árboles, e incluso causó la caída de una piedra de La Seo. Este evento pone de manifiesto la capacidad de la Madre Naturaleza para desencadenar fenómenos extremos en cualquier momento.
En 1979, la provincia de Ciudad Real, especialmente la ciudad de Valdepeñas, se vio gravemente afectada por inundaciones.
El 29 de enero también ha sido testigo de eventos atmosféricos notables en términos de temperaturas. En 1988, la ciudad de Reus-aeropuerto alcanzó una máxima de 24,2 ºC, mientras que en 2006, Albacete registró una mínima de -16,2 ºC. Estos extremos demuestran que en nuestro país se pueden registrar temperaturas con una horquilla térmica muy amplia.
Uno de los eventos más destacados ocurrió en 2015, cuando el Cantábrico experimentó uno de los episodios de precipitación más intensos registrados en la región. Durante diez días, las lluvias torrenciales afectaron la zona, resaltando la necesidad de monitoreo y preparación para eventos de este tipo.
Finalmente, en 2021, España vivió una jornada inusualmente cálida para la época, con temperaturas que superaron en 6 ºC el promedio normal. Alicante alcanzó los 29,8 ºC, y varios observatorios en la Comunidad Valenciana, Región de Murcia y Canarias, superaron los 28 ºC.
El 29 de enero ha sido testigo de una variedad de eventos meteorológicos a lo largo de la historia, desde inundaciones devastadoras hasta temperaturas extremas y fenómenos inusuales. Estos eventos nos recuerdan la importancia de estar preparados ante situaciones meteorológicas adversas en nuestro país. Los periodos de retorno de algunos eventos extremos pueden ser de años, décadas o incluso siglos. Conocer nuestra historia, nos ayuda a prepararnos para el futuro.
Un abrazo.
Fuente: AEMET
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Esta entrada fue modificada por última vez en lunes, 29 enero 2024 - 15:00 15:00
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